miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL CAGÓN DE LA OFICINA

En todas las oficinas hay un cagón oficial.  Esto es algo científicamente demostrado por las Universidades de Oxford, Yale y Salamanca (oye, cosas más raras se ha oído que han demostrado por ahí).

A lo que iba.  En todos mis trabajos ha habido un cagón oficial. 

Ese empleado que nada más llegar a la oficina se va directo al baño a dejar un regalito oloroso para que el resto de compañeros se acuerden de él, y de su madre, durante el resto de la mañana.

Las mismas limpiadoras pedían clemencia y entraban en el baño con más miedo que si estuviese Gotzilla dentro.

Los hay que son cagones anónimos.  Llegan temprano, dejan el regalo y se mezclan con la multitud, así que no sabes quien es el culpable.


Otros son ya cagones reconocidos que no se cortan en hacer el paseillo delante de todos y llevarse el periódico al baño. Es más, si no tienen periódico propio, cogen uno de los que haya en la oficina (periódico que ya nadie más tocará por motivos obvios).

Había uno que se llevaba el Marca y luego lo dejaba en el baño con las hojas esparcidas por el suelo (nunca llegamos a aclarar ese misterio).


Curiosamente los cagones NO conocen el uso de la escobilla (esto también está científicamente demostrado).

Y también está cientificamente demostrado que el más potente de los ambientadores queda neutralizado ante ellos (suele ser una peste así como de aceitunas machacadas podres mezcladas con bomba fétida de aquellas que hacíamos de pequeños con azulete, vinagre y orégano).

Si es que ya lo dice mi madre: "al trabajo hay que llegar desayunado y cagado"
 

1 comentario:

  1. Jajajajaja, eres de lo que no hay, jajaja. Coincido contigo en todo, son una especie que cada vez está más extendida, jajaja.
    Un besazo.

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