viernes, 19 de agosto de 2016

CONTAMINACIÓN ACÚSTICA VERANIEGA

Me encanta ir a la playa

Relajarme oyendo las olas del mar.

Desconectar de la rutina diaria mientas recibo el calorcillo de Lorenzo sobre mi piel.  Cerrar los ojos y no pensar en nada (bueno, eso las rubias lo hacemos constantemente sin mucho esfuerzo), o leer un libro tranquilamente (con pocas letras y grandes que no estamos para forzar).


Pero oye, no falla, siempre tiene que haber uno con ínfulas de David Guetta que viene a fastidiarme el invento.


El problema con nuestro David Guetta de pacotilla es que sus gustos musicales suelen ir por cualquier estilo que acabe en "-ón" , "-ata" o demás ritmillos infernales que hacen que Antonio el de la Cabra sea Beethoven.



Además, ¿es necesario que todas las letras  sean guarronas picantonas? 



¡Georgie Dann, cuánto mal has hecho a la humanidad en general y a los mononeurónicos en particular! ¡contenta me tienes!
 
Aunque, casualidades de la vida, todos nuestros pinchadiscos playeros suelen tener algo en común: son supermegafans de CAMELA.


No me gusta Camela, pero oye, tanto "loro" ajeno, al final me he acabado sabiendo todos sus grandes hits. Me llevas a un concierto (es un suponer, que tampoco hace falta tanta tortura animal) y te canto todos sus singles como una "flan" más.

Digo yo, ¿no se pueden poner unos auriculares y así dejan de contaminar acústicamente la naturaleza?

 
Luego están los que llevan ellos mismos, consigo mismos, incorporado el altavoz.  A ver, alma de cántaro, dime tú, ¿qué necesidad tengo yo de oír todas tus conversaciones por el móvil? ¿es que hay que llevarlo también a la playa o piscina?


Ahí, raja que te raja a grito pelado, que al final ya no sabes si prestarle más atención al niño o al culebrón de la toalla de al lado.

El otro día me tocó uno que se pasó la tarde al teléfono buscando alojamiento para unos caballos (vale, el tema era un poco Borja Mari y Pocholo) pero no veáis que matraca me dio la criatura ¡qué casi le cedo mi piso para meter a los equinos en cuestión con tal de que colgase ya!.  Bueno, bueno, bueno, y de los que cortan trajes a todo bicho viviente, de esos ya ni os hablo.

Después de esto creo que voy a fundar el PARTIDO BAÑISTA para defender los derechos de todo ser humano a disfrutar de la playa sin necesidad de bandas sonoras adicionales. ¡Hombre ya! que si quieren música les voy a dar yo Rammstein por un tubo (que era lo que escuchaba por la mañana de camino a la oficina para "motivarme"...y hasta aquí puedo leer).


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