¡Quien fuera egobloguera para lucir palmito sin una gota de vergüenza!
Esas muchachas que por ganar cuatro duros se nos ponen medio en bolingas como si fuesen modelos de Macaria Secret.
Para mantener esos cuerpos lozanos ya os conté que había que hincharse a plátanos.
Pues ahora pretenden hacernos creer (y yo soy tonta y me lo trago) que están todo el día comiendo donuts y gofres.
A las pruebas me remito, fotos y fotos de las dos guarrindongadas en cuestión.
EL DONUT
A ver, chatina, fotos de tiendas de donut no me valen. Si quieres me lío a colgar fotos de tiendas de queso Cabrales (que lo odio y ni aunque fuese lo último que hubiese para comer en la tierra lo tocaría) y le cuento a todo el mundo los atracones a cachopo al Cabrales que me pego.
Dame más fotos
Lo has tocado y te has hecho fotos con el donut pero...¿lo has probado siquiera? porque no veo ni uno mordido.
Vale, uno un poco mordido (un ratón se llevaría más trozo), ¿pero cómo sé que has sido tú?
Aquí la foto iba bien hasta el papel de Albal (horreur) y la media docena de donuts para el poste (risa enlatada por favor).
Entonces, ¿me creo que te comes toneladas de donuts así a diario?
Lo siento pero hasta que no te vea en un vídeo de esos tuyos de Youtube comiendo donuts no me creo que te des al liberticio grasoso-azucaril.
Vaaaaaaaaale, pongamos que me lo creo...pero...¿también me trago que ADEMÁS te zampas todos estos gofres?.
EL GOFRE
Porque para tener un Instagram molón hay que poner fotos de los donuts y de los gofres a tutiplén.
¿Estás segura de que te metes todo eso entre pecho y espalda?
No sé, no sé, pero
hay cosas que
no me cuadran.
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