domingo, 19 de julio de 2015

LA MAMARRACHA DE LA BODA

Tras haber sido "la mamarracha de la cena" ya iba mentalizada para ser "la mamarracha de la boda" (según los gustos de la concurrencia, porque según los míos, obviamente iba divina de la muerte. Además, el día anterior había visto otra boda donde por lo menos 6 o 7 invitadas iban con las flores por la cabeza y me había venido arriba).

Como soy pobre y cutre muy apañada yo misma, conmigo misma, me arreglé para la boda. Visualización de vídeo tutorial de como hacerte un recogido aparente a la par que sencillo y estiloso en el baño, mientras iba siguiendo delante del espejo los pasos para hacerme el peinado (a la del vídeo le sale mejor y más rápido).

En fin, allá iba yo con las flores de loca por la frente. El Respectivo diciendo "última oportunidad de no dar el cante", y yo "ande yo caliente, ríase la gente".

Como la ceremonia duró HORA Y MEDIA me puse a cotillear a las invitadas.


Había una con un pamelón que iba impresionante. Impecable. De 10.

El resto...ayyy, que me atraganto (empapizo que decimos en Invernalia).

Boda DE MAÑANA: Mayoría aplastante de vestidos largos, con lentejuelas, ¡negros! y el peinado era el típico recogido despelurciado con pelos colgando que me pone de los nervios porque no hay cosa que me ponga más esquizofrénica que ver esos pelillos salientes y colgantes sin sentido, ni ton ni son. ¡Ah! tocados de flores ninguno pero ¡¡de plumas!! de esos que vemos en los chinos ¡mogollón!.


Al Respectivo se le debió de pegar el pijerío que emanaba por los poros como si fuese el ébola flotando en el ambiente, porque me dice entre dientes: "mira esos de vaqueros y camiseta". "¿Pero no son turistas que han entrado a cotillear la iglesia?" "Nop, son invitados". "¡Muelta me quedo chamo!".

Ni que decir tiene que la rara era yo con mis flores de loca en la cabeza. Pero anestesiada ya con lo de la cena, cuanto más me miraban más erguida yo, la cabeza en plan rollo Pantoja "dientes, dientes...que es lo que les jo...roba".



La del pamelón salió en medio de la ceremonia, y cuando la vi fuera, ya no había ni rastro de la pamela y ya no se la vi en todo el día. Vamos, que se nos acoj... y el Respectivo (que estaba muy marujo inspirado) se dio cuenta y me dijo: "Fueres donde fueres, haz lo que vieres", pero mi espíritu rebelde e indomable, cuan tataranieta del Rey Pelayo se negó a doblegarse ante el Poder de la Pluma.

Claro, luego pienso:

Pues igual soy yo la que va mal, porque en una boda taaaan numerosa, si triunfa el vestido largo con recogido despelurciado y tocado de flores...tal vez sea yo la que esté equivocada yendo como fui.

Porque ya sabéis el dicho ese de las moscas y la mierda (con perdón). Si millones de moscas comen mierda...¿acaso ellas están equivocadas?, pues oye, tiene que ser buena.

Nada, que para la próxima boda rescato los modeletes de las Nocheviejas de los 80 y principios de los 90, me pillo un tocado de plumas en los chinos y (ojo al dato) un bolsete ¡¡de colgar!! que luego se lo he visto a la Klein y no queda igual que en aquellas.


Lo gracioso del tema es que los novios "son normales" y el sitio de la boda "estaba muy bien" (nada de Salones Paradise) así que por eso me despisté.  Esto me pasa por salir de Invernalia que ahí tengo controlado el hábitat, la flora y la fauna.


¡Ah!, para fastidiar redondear el tema de mi mamarrachismo en la boda, tuve mis perendengues de cambiarme de ropa para el baile...pero no me quité las flores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario