Este cutre post lo voy a tratar desde la más pura, genuina y corrosiva envidia malsana.
Unas luchamos contra la celulitis (con una copa de tintorro en una mano y una caja de galletas saladas en la otra, que vale que tengamos que sacrificarnos, pero sin pasarnos, no vamos a forzar que luego con la falta de azúcar, sal, cafeína y alcohol en sangre nos volvemos muy locas y tampoco es plan) y otras lucen tipín (y ego, sin blogger) gratuitamente.
A ver, egoblogueras, ¿QUIÉN OS HA PEDIDO QUE NOS ENSEÑÉIS EL BIKINI? ¿ACASO NOS INTERESA UN CACHO TELA?.
Además de callo malayo, he salido modosita (tal vez más por el sentido del ridículo que del pudor...o ambos dos, que soy muy de colegio de monjas) y para mí, lo de publicar fotos en bikini es igual que publicarlas en bragas y sujetador...¿que no? ¡pero si la tela es la misma! o incluso menos, porque una bragafaja tapa más que un bikini de triángulo.
El caso es que me pongo cardiaca y se me revuelven las tripas cada vez que veo a una egobloguera enseñando carnes prietas, a poder ser en lugares paradisiacos, mientras me muero de frío y asco en mi casa.
No, no tienen suficiente con enseñarnos sus fotos de vacaciones continuas y gratis, sino que además tienen que refregarnos por la cara lo buenas que están.
¿Enseñarían carne si les sobrasen 6 kilos? ¡pues va a ser que nooooo!
NOTA: Mimetizándome con las tontunas de las egoblogueras, ya no les pongo tomates en la cara, les pongo piñas que parece que les molan más.
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