lunes, 12 de mayo de 2014

EL REPOLLO PORTUGUÉS (QUE NO LO VEA AMANCIO QUE NOS INUNDA EL ZARA HOME)

En mi más tierna infancia, allá por el Pleistoceno, mis padres tenían la bonita costumbre de llevarnos todos los veranos al norte de Portugal.

Durante las vacaciones nuestras aficiones principales eran ponernos hasta arriba de marisco por cuatro duros (de aquella), comprar toallas, albornoces y bonitos artículos decorativos de cerámica donde la reina induscutible de aquella época, o sea, los 80, fue ¡tachán!


¡¡¡LA SOPERA REPOLLO!!!


Fue un top ventas.  No había familia española que no tuviese esta bonita sopera (que nadie usaba, por cierto) decorando, en nuestro caso, la cocina.

Había todo tipo de objetos a juego:

 La salsera:

Fuentes:



Fruteros con fruta ceramicosa pegada (impactante el realismo el del plátano).


Juego de aceitera y vinagrera:



Mi madre tenía también el típico cucharón para apoyar la cuchara de madera mientras cocinas (totalmente inútil teniendo un plato a mano....un cacharro menos por casa).

Lo peor es que he visto en el IG que es "moderno y molón" poner la vajilla del repollo.
Cachisssss, y mi madre que la tiró por hortera.

Había otro clásico que no debía faltar en cualquier salón setentero:

La supersopera de tacto aspero que no valía para poner sopa dentro y ocupaba metro y medio de casa:



Esta, mi hermano tuvo a bien romperla antes de que nos rompiese la retina a nosotros.
Por cierto, muy mono el tapetito de ganchillo y la mesa camilla de la foto.

Y como colofón final....buscando fotos de la sopera ¿¿¿QUÉ ME ENCUENTRO????

¡¡¡¡LA DICHOSA PIÑA DE LAS NARICES!!!! (imaginadme ahora mismo en plan folclórica haciendo el gesto ese de arrancarse los ojos)


2 comentarios:

  1. Jajajaja uy pues en casa de mis padres no había ninguna. No estaban a la moda, jeje.
    Un besazo.

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  2. En mi casa había una que no ka podías ni pasar el polvo! Rococó con lazos!!!

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