En toda mi vida sólo he conocido a dos personas que coman de todo y no engorden (una es mi madre...cachisss, mira que se ha portado mal la genética conmigo, caca mala), el resto, aunque sean delgadas tampoco pueden liarse a comer de todo lo guarro que pillen como si no hubiese un mañana porque por esa regla de tres, hasta la seca en vida de Catalina Musgo engordaría.
Usando el lema de Patricia Pérez todas nuestras egoblogueras se han lanzado a la aventura de
enseñar carnes magras y prietas en bikini y empeñarse en contarnos el cuento de "La Buena Pipa" de que ellas comen de todo lo guarro que pillan por ahí en esos viajes exóticos que se pegan y no engordan ni se fustigan dos semanas a batidos de proteínas hasta purgar sus pecados gastronómicos.
Vale, sí, entre las carnes magras y prietas, y los viajes exóticos (la mayoría por la patilla gracias a los patrocinios) es la envidia malsana de la mala malísima la que habla hoy en este post.
Por cierto, gente que hacéis los emoticonos del Whatsapp, ¿para cuándo la cara verde de envidia?, yo creo que tendría más tirón que la del alienigena.
Sigo, pues dentro de este pus envidioso que me sale al ver sus fotos mientras yo me como un yogurt desnatado natural (no hay cosa más insulsa en la vida que un desnatado natural, salvo las acelgas) lo que más me indigna no es que nos restreguen por los ojos sus cuerpos serranos (vale, eso también) sino el hecho de que nos quieran hacer pasar por tontas que nos creemos que esos cuerpos se consiguen dándole al burguer y a la heladería italiana de la esquina.
¿Alguien que no tenga la inocencia de un niño de dos años se puede creer que esas piernecitas se consiguen dándole al colulant de chocolate "con de-tó"?
Claro, ellas que no están de comer mucho, se zampan un gofre con frutos secos (mezcla raruna y seca donde las haya) y caen despatarrás en la arena del banquetazo que se han dado. Eso sí, con las domingas bien colocadas que esa postura la intentamos nosotras y se nos meten las ubres por debajo del sobaco.
Esta es una de las más troleras y preocupantes por como está de delgada así que con ella no voy a hacer chistes porque me da pena.
Aquí otra que tal baila, que pretende que creamos que ese perfil puede mantenerse dándole a la repostería fina.
¿Cuerpazo playero comiendo ese pedazo postre de coco para más datos con las calorías que tiene? ¡ja! ¡y yo no me lié con Brad Pitt porque no quise! ¡anda ya!.
¿Y esas piernecillas se van a comer esa pizza ellas solas? pues cuidado que no se te manche el bolsaco de tomate que luego eso no se va (ni las calorías de las caderas tampoco).
Aquí nuestra prima pretende que nos creamos que mantiene esas costillas más marcadas que en una parrilla, a base de heladorros megacalóricos. Yo me lo creo, pero entonces vas tú y te crees que yo me hincho a pechuga de pollo a la plancha porque no hay mayor manjar en la tierra y que no tomo tocinillos de cielo de Grado porque no me gusta nada lo dulce.
Veo una OREO y ya engordo, y con la guarrindongada esta ya ni os cuento, así que defender un vestido de punto y rayas horizontales teniendo esto en tu dieta...ni de coñeishon darling.
Esta otra de vientre plano como si fuese un anuncio de pastillas para los gases, después de habértelas tomado, obviamente, pretende que nos creamos que desayuna ESTO para mantenerse en forma...andaaaaaaaaa saca el té rojo y el kiwi que me lo creo más.
Otra de las que se engañan a si mismas...ojo a la mesa, batido de chocolate incluido, y luego la foto de la chica gamba. Tiene más cabeza que hombros y el resto del cuerpo...sin comentarios...la cara se la tapo pero se le salen los huesos hasta de la mandíbula.
En la foto de la izquierda ¿servidora comiendo fuera de casa?, no mujeres, es la dueña de ese culo firme y prieto que no conoce la celulitis y que se piensa (el culo, claro) que nos vamos a creer que está así de firme y sin un bultillo delator de grasa por tener esa dieta taaaaan sana y equilibrada.
La siguiente, propietaria del culín prieto y cintura de avispa, es una de las que me parecen más tipazo de todas y cuando veo sus fotos me da la envidia malsana por lo alta, guapa, rubia y buenorra que está, pero chata, desde la admiración te digo que no me creo que esa megahamburguesorra con patatas gajo te la hayas zampado tú (te veo más comiéndote el tomate cherry del palillo).
Otra rubia con tipazo que nos vende la trola de que se come ese helado ella solita. Y digo "vende la trola" porque la chiquilla nos está promocionando el helado. Vale, chata, así me hago yo fotos con un queso de Cabrales si hace falta.
Gofre gigante con chocolate, nata a mogollón y bola de helado reventona...y luego ese hueco entre las piernas en vez de muslos de pollo...ayyyyyy, espera que me duele el costado de reírme.
Y si es verdad que el mundo egobloguero está lleno de afortunadas poseedoras de unos metabolismos privilegiados que les hacen comer todo tipo de guarrerías (porque esa es otra, ninguna considera comer de todo a meterse un cocido, una paella, unas albóndigas de las de casa de toda la vida, un bocata de lomo con queso (ay, qué rico con una caña, que con el hambre que estoy pasando voluntaria y masoquísticamente hablando, no puedo mencionar estas cosas)), pues oye, me trago me bilis y me quito el sombrero.
Pero si bo-ni-tas, nos estáis queriendo vender la moto de que sois estupendas y maravillosas, así porque la naturaleza os a creado así y no porque paséis más hambre que el Lazarillo de Tormes y os machaqueis en el gimnasio como si fuéseis Hulk en plena fase de trasformación....pues como diría P.:
FA-TAL