martes, 14 de octubre de 2014

DÁNDOLE AL SADOMASO

Cuando trabajaba en la oficina, y esas cosas que hace la gente, tenía unas conversaciones un pelín abstractas con mis compis, que estaban peor de la olla que yo (eran muchas horas encerrados juntos y el tiempo da para mucho).

Además de querer ser maruja (eso ya os lo conté) quería ser dominatrix, sí, de las del látigo, y hasta me había bajado la aplicación de sonido de látigo del móvil para fustigar a mis compañeros que se metían conmigo diciendo que tenía "porte de dominatrix" cuando había visitas.



A ver, no me digáis que no es un chollo que te paguen por arrearle a un mamarracho pervertido con el que no tienes que tener más contacto que el de atizarle. 

Oye, que sales de mala uva de ver lo que te sale a pagar a Hacienda: zassss zassss, latigazo al sumiso, y encima te sacas un dinerillo para que te duela menos cumplir con tu deber como ciudadano decente y cotizante.  Aunque bien pensado, me da que el sueldo de dominatrix va en B.

Que en la peluquería no han entendido el concepto "córtame las puntas" y has salido como el Príncipe de Beckelar:  zassss zassss latigazo al sumiso y encima te ensañas apretando con las pinzas.

Que se te han quemado las lentejas....doble ración de bozal al sumiso y zassss zassss

Que te has comprado unos zapatos y ha llegado 

Y como estés en "esos días" donde la mala leche te corre por todo el cuerpo...ensañamiento total y fijo que encima te paga el doble de lo que le ha molado zassss zassss zassss zassss


Porque esa es otra, ser pervertidillo sale caro, que las dominatrix cobran bien, y de esto me enteré por el portero de mi casa.

A ver, cuando vivía en la city y era una  #ricaherederaenedaddemerecer tenía un portero cotilla (primero tuve al Pitbull, no el que canta, pero eso ya os lo contaré y lo llamaremos "Eustaquio para preservar su intimidad).

El hombre me veía cara de "receptora de cotilleos" porque yo le daba las buenas tardes y él me soltaba un cotilleo sobre algún vecino.

Y así fue como me enteré que la señora del 3º era dominatrix.  El pobre hombre me lo contó super escandalizado, pero yo, dentro de mi cerebro mononeurónico maquinaba sobre la posibilidad de cambiar de empleo.

La del 3º era una señora aparentemente normal y corriente que cuando ibas con ella en el ascensor no destacaba por nada en especial.

Pero un día el portero tuvo que entrar en su casa y se encontró todo el percal: látigos por las paredes, cosas raras de cuero y ¡tachán! una jaula y no precisamente para meter al periquito.

Me dijo que ya se le habían quejado los del 2º de que oían ruidos de taconeo a las tantas (claro, el sumiso ni mu con la mordaza puesta).

Al final "se lo comentó así de pasada a la señora" que hasta le dio una tarjeta de visita y le explicó que solía salir a domicilio, y para eso llevaba una maleta de ruedas con todo el instrumental, y que trabajo no le faltaba y el sueldo era muy bueno.

Y QUE CONSTE QUE NO QUIERO DAR IDEAS EN TIEMPOS DE CRISIS 

5 comentarios:

  1. que bueno! lo que me he reido con tú post!!! jajaja la verdad que hay gente para todo....

    Un besito!!

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  2. Jajajajaja que bueno jajaja.
    Feliz Miércoles!

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  3. Pues mi portero es gangoso y no me entero de la mitad de lo que me dice. Encima soy la presidenta este año y me toca hablar mucho con él.
    Beso grande

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    1. Ay, pobrecillo el portero y pobrecilla tú con lo de ser la Presidenta de esta nuestra comunidad jajajaja. Nosotros nos libramos hasta el 2.035 por lo menos. Bufffffffffffff.

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